¿Por qué es tan importante la ubicación estratégica de la energía del hidrógeno?
Por un lado, desde la perspectiva de las reservas y la eficiencia energética, en primer lugar, el hidrógeno es el elemento más abundante en el universo, y existe una gran cantidad de energía de hidrógeno disponible para su desarrollo en los recursos hídricos. En el futuro, el hidrógeno será una de las fuentes de energía más convenientes y económicas. En segundo lugar, el hidrógeno tiene el valor calorífico más alto entre los combustibles comunes, hasta 142 KJ/g, que es aproximadamente 3 veces el del petróleo y 4,5 veces el del carbón. Esto quiere decir que, consumiendo la misma calidad de energía, la energía que aporta el hidrógeno es la mayor. Además, la energía del hidrógeno puede lograr verdaderas emisiones de carbono cero sin causar contaminación al medio ambiente.
Por otro lado, la energía del hidrógeno también es más estable. El hidrógeno es un excelente medio de almacenamiento de energía, que puede almacenarse en tanques de alta presión en forma de gas y líquido, o en materiales de almacenamiento de hidrógeno en forma de fase sólida. Además, la densidad de energía del almacenamiento de energía de hidrógeno es alta y es una tecnología de almacenamiento de energía rara que puede almacenar más de 100 GWh.
En comparación con otras nuevas fuentes de energía, como la energía eólica y la fotovoltaica, que generalmente están sujetas al clima y tienen volatilidad e imprevisibilidad naturales, el almacenamiento de hidrógeno puede resolver los problemas intermitentes y fluctuantes de la generación de energía solar y eólica.
Además de grandes reservas, alta energía, libre de contaminación y más estable, la energía del hidrógeno tiene una amplia gama de escenarios de aplicación. Las celdas de combustible de hidrógeno se pueden suministrar a camiones pesados, tranvías, barcos, drones, generación de energía distribuida y otras industrias.
Debido a las características anteriores, la energía del hidrógeno se denomina energía última. Tiene muchos efectos positivos sobre la conservación de la energía, la mejora de la eficiencia energética e incluso la transformación de la estructura energética.